Posiblemente hayas oído alguna vez que una imagen dice más que mil palabras. Si esto es cierto para una fotografía, imagínate para el caso de los gráficos en Excel, los cuales nos ayudan a sintetizar conjuntos que pueden llegar a ser de cientos de miles de datos.
En la siguiente serie, conocerás qué tipo de gráfico te resulta de mayor utilidad para cada situación en particular y obtendrás criterios de diseño que te ayudarán a convertirte en un mejor comunicador, incrementando tu poder de convicción y asombrando a tus colegas y jefes.
Partir de una tabla de interminables filas y valores puede resultar abrumador en un principio. La primera pregunta que deberás plantearte es qué historia quieres que cuenten tus datos. A partir de esta pregunta, podemos hablar de dos categorías principalmente: aquellos gráficos que comparan distintos grupos, y aquellos que muestran cómo se compone un todo. Tu decisión final también dependerá de si quieres que tus gráficos muestren “una foto del momento”, o si deseas mostrar cómo han evolucionado tus datos en el tiempo. Veamos distintos casos:
Con los gráficos de Comparación, puedes mostrar cómo se diferencian grupos o categorías. Los ejemplos más conocidos de este tipo son los gráficos de barras y columnas. Preferimos los gráficos de barras cuando existen muchas categorías a comparar.
Si queremos mostrar la comparación a lo largo del tiempo, podemos utilizar estos mismos gráficos (cuando son pocas categorías/períodos a comparar), o los gráficos de línea, cuando tenemos periodos de tiempo extensos y/o muchas categorías:
Los gráficos de Composición nos cuentan cómo se distribuye el total entre diferentes categorías. A diferencia de los anteriores, nos vamos a concentrar en el todo, para para indicar qué proporción representa cada grupo en particular. Cuando queremos tomar la “foto” de un instante, los ejemplos más conocidos son los gráficos de torta o anillos:
También, tenemos los gráficos de cascada, que explican cómo pasamos de un determinado valor inicial a un valor final, a través de distintas variaciones individuales. El valor final se compone del valor inicial + los incrementos - las disminuciones (o variaciones positivas/negativas).
En cambio, si queremos contar esta historia a lo largo del tiempo en diferentes periodos, podremos recurrir a los gráficos “apilados”: de columnas cuando los periodos son pocos, o de líneas o áreas cuando son muchos.
Un gráfico “apilado al 100%” nos muestra cómo se varía la composición en el tiempo, mientras que un gráfico “simplemente apilado” (como los anteriores) nos muestra también cómo va creciendo/disminuyendo el total en sí. En estos gráficos apilados al 100%, podemos ver periodo a período, qué categorías van ganando participación en el total, y cuáles permanecen estables o pierden con el tiempo.
En la segunda parte de esta serie, conocerás cuáles son los elementos que forman parte de los gráficos para controlarlos a tu gusto. ¡No te la pierdas!